LA ALIMENTACIÓN
Oficialmente había un menú, en el que se detallaban todos los ingredientes y alimentos así como sus calorías. Sin embargo la comida para los presos distaba mucho de corresponder a estas prescripciones.
Un preso que realizaba trabajos duros, por ejemplo, recibía alimentos con un contenido energético de 1700 calorías o menos en vez de las 2150 calorías prescritas. Estaban previstas tres comidas diarias:
Desayuno 1/2 litro de café o té no azucarados.
Almuerzo 3/4 de sopa totalmente insulsa, con patatas o mondas de patatas, nabos y otros ingredientes (350 a 400 calorías, lo que corresponde por ejemplo a aproximadamente 100 g de fiambre)
Cena Aproximadamente 300 g de pan con p. ej. 25 g de fiambre o 25 g de margarina, una cucharada de mermelada o queso.
Si los presos querían desayunar al día siguiente algo más que el café o el té que les correspondía, tenían que reservar una parte de la ración de pan de la cena.
Las calorías de una cena se elevaban a alrededor de 900 a 1000 calorías. A los presos que realizaban trabajos duros normalmente les correspondía un "suplemento" (pan, margarina, fiambre). Muy a menudo los alimentos ya estaban pasados o en mal estado.
Tras pocas semanas los presos se encontraban en un estado de total agotamiento debido a las raciones demasiado escasas y al agobio que significaba esperar por la comida en la cola. Puesto que un solo preso-funcionario estaba encargado de repartir la comida a cientos de presos, los que estaban al final de la cola, debilitados, muy a menudo no recibían comida alguna. A aquellos presos que llegaban a algún tipo de acuerdo con los presos-funcionarios o con las SS, se les trataba con preferencia en el racionamiento de las comidas. Otra forma de castigar a los presos era reduciéndoles las raciones o privándoles totalmente de comida. La esperanza de vida de un preso "normal" se veía muy mermada por las raciones demasiado escasas así como los trabajos duros que tenía que realizar.